Cómo resolver la crisis de los procesos de integración

Lima, 21 mar.2000. “Si los países de la región no continúan avanzando en la estabilidad política y la convergencia económica, el proceso de integración se estancará”, afirmó hoy, en Lima, el Director del Instituto para la Integración de América Latina (INTAL), Juan José Taccone.

El funcionario, de origen argentino, se refirió al tema al analizar, en la sede de la Comunidad Andina (CAN), la marcha del proceso de integración de América Latina y el Caribe, los problemas que enfrenta y las posibles soluciones.

Según Taccone, tras los graves problemas que afrontó la integración en la década de los 70 y los 80, a partir de los años noventa se produjo una reactivación debido a dos factores: “el reforzamiento de las democracias que dio certidumbre a las reglas de juego” y la estabilidad y convergencia de las políticas económicas que permitieron “orientaciones y objetivos similares, aunque fueran diferentes los instrumentos aplicados”.

Sin embargo, a finales de la década de los 90 comenzaron a surgir “señales de advertencia” que atribuyó a los “embates sufridos tanto en la estabilidad política como económica”, sumado al impacto de crisis financieras recurrentes.

Tras calificar a 1999 como “un año para olvidar”, por los efectos recesivos y la contracción del comercio en los diferentes bloques subregionales, Taccone advirtió que la “inestabilidad económica provoca el ‘enlentecimiento’ de los procesos de integración, bien sea para suscribir nuevos acuerdos o instrumentar los compromisos vigentes”.

El director de Intal consideró que “no debemos esperar milagros en el corto plazo” y abogó por una “visión común de mediano y largo plazo”. De lo contrario se corre el “grave riesgo de pérdida de credibilidad en el proceso de integración de América Latina y el Caribe”.

Para revertir esta situación, se requiere “un nuevo andamiaje institucional” que brinde soluciones a “los problemas coyunturales que afectan las relaciones bilaterales”, a la par que se busca “sustentabilidad a mediano y largo plazo desarrollando una visión común”.

En el caso específico de los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) identificó el desarrollo de la infraestructura, particularmente en transporte y energía, como un potencial que permitirá atraer inversiones, en tanto que “la visión común está orientada hacia la convergencia macroeconómica y monetaria”.

De esta manera, se “mantiene viva la marca Mercosur”, mientras se solucionan los problemas coyunturales entre los cuatro socios, a raíz de los conflictos comerciales derivados de las diferencias en las políticas cambiarias.

Consultado sobre las perspectivas de la Comunidad Andina, Taccone estimó que la integración fronteriza, concebida “más allá que una mera zona de paso, tiene un gran potencial”, al propio tiempo que los países logren una mayor convergencia en sus políticas económicas y cumplan con los compromisos de establecer el Mercado Común en el año 2005.

En síntesis, resumió Taccone, se trata de “minimizar las situaciones de desconfianza” entre los países miembros de los mecanismos de integración y “consolidar visiones comunes”, capaces de “satisfacer los intereses individuales” de las naciones.

Al referirse al proceso de conformación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) dijo que la etapa previa al lanzamiento, hasta 1998, fue “muy fructífera por la recopilación de la información y el diseño de la arquitectura de las negociaciones”.

Desde 1998 hasta el año 2002 consideró que las negociaciones seguirán en “el terreno de estudiar las distintas posiciones”, pero a partir de ese año el ALCA “avanza o desaparece”, dependiendo que el Congreso estadounidense apruebe o no el “fast track” o vía rápida para las negociaciones comerciales.

Si el ALCA avanza, Taccone estimó que los procesos de integración subregionales “podrían diluirse” en caso que se mantuvieran como zonas de libre comercio. La excepción regiría solamente para aquellos bloques que hubiesen cumplido con los acuerdos para establecer un mercado común, lo cual implicaría una etapa superior de integración.